La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la reducción asintomática de la masa ósea. Cuando esto ocurre, es decir, cuando la masa ósea disminuye, se resiente la estructura del hueso; no hay más apoyo mecánico y ocurren fracturas con traumas mínimos.
Esta enfermedad aparece con mayor frecuencia en mujeres pos menopáusicas y en personas de tercera edad de ambos sexos.
Los estudios efectuados sobre animales demostraron que las dietas pobres en calcio o altas en fósforo producen disminución generalizada de la masa ósea.
Por otro lado, es recomendable ingerir 800 mg de Calcio por día en mujeres de 25 a 45 años de edad, y se pueden requerir hasta 1200 mg./día entre los 10 y 25 años para lograr el pico de masa ósea. Estas cantidades se pueden alcanzar con dietas apropiadas, que permitirán prevenir la osteoporosis a través de una correcta alimentación.
Los factores de riesgo, conocidos también como factores decalcificantes, que existen y que se deben tener en cuenta porque no permiten la correcta asimilación o utilización del calcio en el organismo son:
- El consumo de alcohol,
- El consumo exagerado de proteínas,
- Los suplementos de Zinc,
- Consumo exagerado de fibras,
- Ingerir sal en exceso,
- La cafeína,
- El consumo de tabaco y
- El sedentarismo.
Las alternativas para un aporte apropiado de calcio en la dieta cotidiana y que por ello no implique un consumo de calorías y grasas en exceso son:
- Lácteos descremados y sus derivados. Por ser descremados, su contenido graso (y por ende calórico) es menor, sin que por ello su dosis de calcio sea menor. Por lo general ocurre que su contenido de calcio es igual o mayor.
- Los pescados (sardinas con su esqueleto), las frutas secas, las legumbres y el brócoli son fuentes importantes de calcio.
- Agregar quesos descremados (blancos untables o quesos blandos) a ensaladas, vegetales al vapor, sopas, purés, emparedados, etc,
- Utilizar leche descremada como medio de cocción de harinas de maíz, arroces, pescados al horno, salsas blancas, sopas, etc.