La alergia a los cacahuetes es una de las más extendidas. Es, además, particularmente peligrosa ya que esta leguminosa, (no es realmente un fruto seco), aparece en multitud de comidas aunque no lo parezca de hecho, basta con mirar los ingredientes de diferentes productos a base de cereales para darse cuenta de cuanta repostería, salsas, preparados para hornear, comida oriental, dulces o desayunos contienen trazas de este alimento, con lo que hay que ser especialmente cuidadoso con la dieta. ¿Quieres saber cómo detectarla y tratarla?
Cuando se sufre de alergia a los cacahuetes, nuestro sistema inmunológico comprende que la proteína del maní no es tal sino un agente invasor, lo que provoca una reacción del cuerpo que genera anticuerpos que atacan al organismo generando rojeces en la piel, urticaria, nauseas, vomitos, lagrimeo,dificultad para respirar e incluso shock anafiláctico.
El tratamiento como sucedía con la intolerancia al gluten o la lactosa se basa estrictamente en eliminar este alimento de la dieta. Esto nos llevará a leernos bien las etiquetas de los alimentos y a no comer nada fuera hasta comprobar la receta de los platos en cuestión. En el caso de los niños se recomienda ser estrictos en cuanto al consumo de snack y chiches y avisar al resto de adultos que estén al cargo en excursiones, cumpleaños, etcétera, o incluso darle merienda o comida preparada cuando esté fuera.
Otro consejo es no aspirar aromas, ni olerlos ni tocarlos, aunque el caso de los cacahuetes es rara la reacción por partículas aerotransportadas, pero mejor no tocarlos. Se pueden hallar en piensos de mascotas, en tierras de hámsters o ciertos insecticidas. No hay que olvidar que aunque no se trata de un fruto su proteína es muy similar la de estos, es muy normal tener al mismo tiempo alergia a alguno de ellos, o si se tiene a uno de ellos tenerla también al maní. Así que es importante tener precaución al respecto.
Tampoco está de más preguntar a nuestro médico sobre la posibilidad de tener inyecciones de adrenalina para evitar la anafilaxia en caso de ‘intoxicación’ accidental o de comprobar esas posibles alergias a otros frutos secos.
Lo curioso de todo esto es que un nuevo estudio que recoge diferentes test en niños de diferentes países recomienda para prevenir esta alergia dar de comer al niño cacahuete desde muy pequeño alternándolo con la lactancia o en la etapa en la que empiezan a integrarse los sólidos como papillas. Esta investigación de King´s College de Londres sobre unos 640 niños observó que entre los pequeños a los que se les suministraba proteína de cacahuete en su dieta, de forma semanal, desde edad temprana (4-11 meses) hasta los 5 años había un porcentaje superior de tolerancia e inmunidad frente a él en la edad adulta, que aquellos a los que no se les dio o les dio más tarde.
Fuente| The new England Journal of Medicine
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