La enfermedad celíaca es una alergia alimentaria que padece entre el 1-2% de la población, donde el 25% de los afectados no lo saben. Se conoce comúnmente como una intolerancia al gluten de ciertos cereales, especialmente el trigo, el centeno, la avena y la cebada. Esta afección se deriva de una incapacidad del intestino delgado para asimilar este ingrediente y producirse como consecuencia una inflamación de la submucosa que se manifiesta en reacciones diversas. La base de esto es autoinmune con lo que, no sólo impide la absorción de los nutrientes del alimento sino que nuestro organismo se defenderá atacando a sus propias células.
La enfermedad celíaca así supone que hay que comer con cuidado, ya que no tratarla tiene muchas consecuencias, algunas muy graves cómo ya habréis deducido, más allá del mero malestar. En algunos casos es asintomática, es decir no se manifiesta de manera obvia, se encuentra latente (permanece temporalmente inactivo) o patente (genéticamente hay una predisposición a desarrollarla en cualquier momento). En otros, claramente se puede ‘sentir’: presenta en el enfermo perdida de peso o masa muscular, náuseas, vómitos, anemia, estreñimiento o diarrea, alteraciones del carácter que llevan a la introversión o depresión, y especialmente dolores abdominales.
Sus síntomas, no obstante, no se muestran de manera inmediata sino que en la mayoría de los casos el mal que produce en gluten se da de manera acumulativa según lo que se come: en principio pueden ser pequeñas dolencias, pero a medida que ingerimos más nuestro organismo reacciona peor, (el ataque de respuesta es más duro). De ahí que no tratarlo sea también muy peligroso ya que puede llevar incluso a cáncer digestivo, diabetes, lupus, epilepsia, fallo del crecimiento, artritis crónica, coagulopatía, o infertilidad, por citar algunas de las manifestaciones más severas.
Así cuando un individuo tiene problemas digestivos continuados una de las primeras pruebas que se le hacen está destinada a descartar la celiaquía: una gastroscopia, con biopsia intestinal, y análisis de sangre suelen ser suficientes.
Por suerte hoy en día el tratamiento y la dieta para los celíacos es cada vez más fácil: no sólo encontramos más productos en el mercado libres de gluten, lo que hace años resultaba muy difícil ya que es increíble la cantidad de cosas que tienen este elemento en su receta y que ignoramos. También restaurantes añaden platos específicos a su carta para estas personas e incluso hay tiendas y marcas que producen especialmente para ellos. La Federación de Asociaciones de Celíacos de España ofrece enlaces donde encontrar listados de puntos de venta y restauración, además, si encontramos sitios nuevos o lugares que ya no existen se puede participar en este directorio.
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