Batido antigripal

Batido antigripal

Desde luego, la gripe tiene preferencias y ésta época del año se engloba entre sus favoritas. De hecho, si te resulta imposible pronunciar la letra “n” con todas las garantías, notas como si una apisonadora te hubiera salido al paso, llevas un par de días pendiente de los pañuelos de papel y tus compañeros de trabajo evitan compartir el mismo espacio vital cada vez que estornudas, es bastante probable que hayas recibido su visita… Y es que la gripe no suele perdonar, a menos que la víctima se arme hasta los dientes para contrarrestarla antes de que llegue.

Por su parte, los médicos de familia recetan distintos medicamentos para reducir el efecto de los síntomas y procuran hacer saber a todos los afectados que los antibióticos no combaten esta enfermedad causada por un virus. Por tanto, se trata de sobrellevarla lo mejor posible hasta que haya remitido, o probablemente esforzarse en su prevención antes de que aparezca (como se apuntaba ya en el párrafo anterior).

Ahora bien, sabemos que hoy por hoy todavía no se comercializa ningún producto milagroso que erradique de inmediato la gripe o que la prevenga con total garantía (aunque existen casos concretos para los que se aconseja la vacunación), por lo que en muchas ocasiones nos vemos abocados a soportar el incesante goteo nasal; ese dolor muscular que bien podría derivarse de soportar el peso de un edificio entero o la tos inoportuna que nos impide dormir más de dos horas seguidas.

¿Qué hacer, entonces? Probablemente el batido antigripal deba ser “de cosecha propia”. De todos es conocido que existen infinidad de indicaciones y remedios que se transmiten con el boca a boca y que; al fin y al cabo, parecen contribuir en la recuperación hasta cierto punto. Por consiguiente, tal vez convenga probar algunos, varios a la vez  o todos… según lo que a cada afectado le vaya mejor.

En definitiva, si la gripe campa a sus anchas por nuestro entorno, al notar los primeros síntomas o incluso antes, conviene añadir al batido: dosis altas de vitamina C con el zumo de naranja como perfecto aliado, tisanas de tomillo que le confiera una tregua al sistema respiratorio, incremento en el consumo de líquidos incluyendo los caldos de verduras que nos aconsejaría “la abuela”, ventilar la vivienda para “ahuyentar a los virus”, mantener la humedad para reconducir la tos seca, vahos con eucalipto que se abran paso por unas obstruidas fosas nasales, cabezadas y siestas para recuperar fuerzas…

En resumen, parece que nos vendrán bien todos esos consejos que suele proporcionar esa vecina conocida por todos, que curiosamente muestra una salud de hierro por aplicarse a sí misma los más ancestrales y tradicionales remedios…

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