Una de las cosas que más influyen en nuestra salud y estado de ánimo (y vicerversa) es nuestra dieta, lo que comemos. Por eso también es muy importante mantener una buena salud bucodental y para ello es fundamental tener una buena higiene. Sin embargo, cometemos muchos errores al lavarnos los dientes. ¿Quieres cuidar tu boca desterrando esos gestos y luchando contra las caries?
- Una de las normas básicas de la higiene dental es lavarse los dientes después de cada comida. Sin embargo, uno de los errores comunes de los más aplicados es hacerlo inmediatamente tras terminar la comida. Cuando comemos los alimentos la acidez de los mismos altera el ph de la boca. La saliva naturalmente regula y baja este ácido, pero si limpiamos los dientes antes de que esto suceda lo único que hacemos es repartirlo por la boca en lugar de eliminarlo. Esto pasa sobre todo tras tomar vino, café y frutas cítricas. Si junto a esto añadimos que la comida estuviera caliente, con más razón, se debe esperar, el contraste de temperatura además rompe el esmalte.
Lo mejor: esperar 30 minutos para atacar los restos de comida de la boca.
- Otra rutina incorrecta es la de usar el colutorio todos los días y tras cada cepillado, sobre todo porque la mayoría de ellos contienen mucho alcohol que daña las encías y el esmalte-
- El hilo dental si que debe usarse cada día, ya que es fundamental para acabar con la placa y el sarro, pero debe hacerse despacio sin brusquedad y no repetir las pasadas con el mismo hilo y siempre de arriba a abajo, desde el principio de la encina. Si quieres saber cómo emplear la seda dental no te pierdas nuestro post sobre el tema.
- El cepillo de dientes debe pasarse durante al menos 5 minutos y no menos. Las prisas que nos llevan a abandonar el hilo dental nos hace frotarnos los dientes demasiado rápido.
- Otra cosa que se hace mal es usar un cepillo muy duro. Hay quien para limpiarse bien los dientes se tira un buen rato, pero se pasa de fuerza y con el tipo inadecuado. Es preferible uno de cerdas suaves y flexibles.
- No cambiar el cepillo cada cierto tiempo puede hacer que la limpieza sea nula. El cepillo se va envejeciendo y por mucho que se cuide se va ensucieando y si nos cepillamos con algo sucio la tarea no se cumple. Por otro lado, es fundamental mantener limpio esta herramienta: hay que enjuagarlo bien, mantenerlo en un sitio seco y aireado, y a poder ser guardarlo con su capuchón para impedir que se llene de polvo y otros residuos que ‘flotan’ en el baño.
- Un olvido frecuente es el de cepillar la lengua: gran cantidad de gérmenes y restos se quedan en ella, con lo que no limpiamos de verdad los dientes si no recordamos limpiarla.
Una curiosidad sobre la caries, que deriva de una mala higiene, es que como es una infección bacteriana, puede transmitirse por la saliva, con lo que tratar una caries es fundamental para la salud dental de los nuestros ya que podemos contribuir a la aparición de caries en nuestros hijos o pareja al besarnos o compartir vasos o utensilios de cocina.
Por supuesto, os aconsejamos no abusar de productos azucarados y repetir el cepillado al menos 3 veces al día. De esta manera alargaremos la vida y calidad de nuestra dentadura y podremos comer y disfrutar más de nuestra dieta y nuestro ocio.
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