La leche de almendras es una de las alternativas vegetales a la leche de vaca, tanto para los vegetarianos como para los intolerantes a la lactosa o la proteína de la leche, pero al margen de esto sabes ¿cuántas propiedades maravillosas tiene para nuestra salud, y lo que es más, para nuestra belleza?
La leche de almendras es, después de la soja, una de las leches vegetales más populares y consumidas junto a la de avena. Como primera ventaja frente a la soja nos encontramos que es mucho más digestiva, ya que este planta oriental también es la fuente de muchas alergías alimentarias, sobre todo a causa de la multitud de plantaciones con transgénicos que se han realizado desde que se diera el boom mundial de su producción hace ya más de una década se empezará a vender sus miles de beneficios para la salud.
- Es un alimento bajo en grasa y el porcentaje que contiene además corresponde a ácidos grasos omega 6, y ayuda a reducir el colesterol malo. Es en esto último en lo que se distancia de la leche de vaca, ya que aunque contienen el mismo nivel de grasa, la animal tiene más LDL.
- Aporta vitaminas A, D, E y B2. Por ello ayuda a cuidar la piel y a fortalecer la piel, el pelo y los tejidos en general.
- Proporciona importantes dosis de potasio y calcio, y en menor cantidad también sodio, fósforo y hierro.
- Es una fuente de proteínas vegetales, lo que significa, que son más fáciles de digerir y contienen menos residuos.
- Al contrario que los lácteos convencionales, gracias a su fibra natural, ayuda a regular la flora intestinal y depurar el organismo. Además de colaborar a evitar el estreñimiento, reafirma su capacidad para combatir el colesterol y con ello favorece una buena salud cardiovascular.
- Es absolutamente natural. La buena leche de almendras no tiene colorantes ni conservantes, de ahí que como la leche fresca deba consumirse en máximo 3 días una vez abierta. Se puede comprar ya lista para consumir en casi ya cualquier supermercado o, si se quiere, se puede preparar en casa. Basta con dejar en remojo almendras crudas durante una noche y después licuarlas y exprimir la carne.
- Es la mejor para alérgicos e intolerantes varios y, en general, para estómagos sensibles. No sólo no tiene lactosa, ni proteína de la leche de vaca, tampoco tiene gluten.
- Su sabor es diferente al de la leche ‘convencional’ con un toque a madera y nuez, pero se puede usar igual que la de vaca para cocinar o para combinar con café o como sustituto en repostería. Existe la nata vegetal de almendra, pero esto si tendréis que comprarlo hecho ya que para ganar consistencia se les ha de añadir más grasa vegetal (debe tener al menos un 18%) y otros aglutinantes como gomas vegetales.
Así tanto si sois vegetarianos, veganos o no, consumir leche de almendras es una buena forma de mejorar nuestra salud. Eso sí, os recomendamos que si la adquirir ya preparada os aseguréis que la que compráis no está hinchada de azúcar, cosa que sería poco saludable y que sucede en algunas marcas,