A todo el mundo le cuesta pensar y hablar sobre un tema tan delicado como son los accidentes. La mayoría evitamos este tipo de conversaciones, pero debemos enfrentarnos a ella en el momento de estar prevenido para lo que pueda pasar.
Nunca sabremos cuando podemos sufrir un accidente, que puede acabar incluso con nuestro fallecimiento o con el de algún ser querido. Es importante haber dejado todo bien hilado, y ello se consigue, prácticamente en su totalidad, con la contratación de un seguro de un seguro de accidentes.
Los seguros de accidente los ofertan muchas compañías de seguros, pero debemos buscar uno que realmente sepamos que va a dar la talla si llega el momento. Conocer las cláusulas, saber qué nos cubre y establecer una cantidad en caso de que se produzca el fallecimiento son algunas de las cosas que el asegurado, nosotros, debemos poder hacer.
Por otro lado, muchos seguros permiten asegurar a más de una persona, pudiendo incluir a nuestra pareja y a más familiares. Siempre deberemos escoger una compañía que tenga años de experiencia, nos aportará mayor seguridad contar con una aseguradora de confianza y que haga los trámites rápido y aportándonos toda la información posible.
Por otra parte, hay seguros, que son los más recomendados, que también cubren las lesiones derivadas de un accidente, en caso de que suframos una invalidez permanente absoluta o permanente parcial. La invalidez permanente absoluta es aquella en la que el asegurado queda incapacitado de por vida para realizar alguna actividad laboral, y la invalidez permanente parcial es en la que la persona sufre la pérdida o disminución funcional de algún órgano o miembro. Como vemos, será importante que todas estas “posibilidades” tengan una solución posterior gracias a nuestro seguro, que tras un peritaje determinará la gravedad de las lesiones y podremos conocer el porcentaje de la cantidad asegurada que nos corresponde o, si ya lo tenemos firmado, se nos abonará.
Ya hemos dicho que a nadie le gusta pensar y hablar de accidentes, y mucho menos de fallecimientos, pero es obligación nuestra el ser responsables y contar con un respaldo económico que, a pesar de no poder compensar nuestro dolor, si pueda hacernos la dura tarea de la adaptación un poco más fácil, preocupándonos sólo de nuestra mejoría. Por una cuota mensual de la que casi no seremos conscientes podremos estar prevenidos, tanto por nosotros como por nuestra familia.