El parche anticonceptivo es unas de opciones a la hora de elegir anticonceptivos femeninos. Tiene sus pros y sus contras y hoy vamos a explicaros cuáles son. ¿Sabes como funciona y que beneficios tiene?
Los parches anticonceptivos son unas pegatinas similares a las tiritas que se aplican sobre la piel de forma tópica y que desprenden hormonas (estrógenos y progesterona) que se absorben a través de los poros y llegan al torrente sanguíneo. Ya dentro del sistema esta sustancia, parecida a la que desprende el anillo vaginal o la que ‘aporta’ la píldora, impiden la fecundación del óvulo de tres maneras: evita la ovulación, dificulta la llegada de los espermatozoides al útero mediante cambios en el moco cervical y altera el endiometrio de manera que no se prepare para acoger al óvulo.
Aunque se puede poner en cualquier parte del cuerpo, se aconseja usarlo en el abdomen, en los glúteos, en la espalda o en la parte externa del brazo. Una vez que nos cercioramos que está bien pegado, bordes incluidos, dura 7 días y resiste al agua, la humedad y el calor, para que hagamos vida normal. Se cambia a la semana y no hace falta aplicarlo en el mismo sitio que el anterior. Tras el tercer parche del mes dejamos una semana de descanso para que baje la menstruación y tras ella volvemos a colocar un nuevo sticker.
- En cuánto a sus ventajas o beneficios hay que destacar:
-No hay que tomarlo todos los días o cambiarlo a horas exactas, como sucede con otros métodos
– Al ser externo y fino es cómodo y no molesta para nada. Es fácil de esconder para que no se vea ya que sólo tiene 4 centímetros por lado.
– Provoca menos efectos secundarios, no produce aumento de peso y es compatible con la lactancia.
– Es relativamente barato (algo más econômico que el anillo aunque más caro que la píldora)
– No pierde eficacia aunque vomites o sufras diarrea, tan sólo merman su protección si se despega o si se está 24 horas de más sin estar puesto, tras el cambio semanal.
- Desventajas e inconvenientes
– Hay que ser cuidadosa al colocarlo y no toquetearlo mucho después y, por supuesto, estar al tanto de si se despega.
– Puede producir reacciones alérgicas en la piel o resecar esa zona, sobre todo si se insiste en ponerlo en un mismo sitio.
– A pesar de que se reducen los posibles efectos secundarios, como el resto puede ocasionar dolores de cabeza, retención de líquidos.
– Para las más despistadas el recambio es un engorro, con lo que en estos casos lo mejor es usar el anillo, que requiere sólo un cambio al mes.
–No se recomienda en caso de pesar más de 80 kilos, ya que su efectividad se reduce.
Sobra decir que, en cualquier caso, ni este ni los otros métodos anticonceptivos citados protegen frente a la enfermedades de transmisión sexual, con lo que no hay que sustituir el preservativo (masculino o femenino) en caso de no tener una presa estable y sana. En la primera semana de uso inicial de estos fármacos se recomienda usar el condón ya que aún no son seguros hasta que se establece la rutina en la segunda semana.
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