Cada vez los fumadores se ven más limitados a la hora de fumar en lugares públicos, esto ha supuesto un debate en la sociedad ya que aquellas personas que sí fuman pelean por su derecho a hacerlo.
Pero ¿dónde acaba su derecho y comienza el del no fumador? Son muchos los gobiernos que tratan de trazar esa línea para evitar que el humo de tabaco del fumador afecte a aquellas personas que no lo hacen.
La realidad nos muestra con una cruel cifra que un 1% de las muertes en el mundo son de personas no fumadoras como consecuencia de su exposición al humo del tabaco, según un estudio publicado en la edición on line de la revista The lancet y elaborada por Annette Prüss-Ustün perteneciente a la organización mundial de la salud.
Se trata de aproximadamente 600000 muertes anuales por éstas causas de los cuales 165000 son niños en porcentajes corresponden a 47% de mujeres, el 28% niños y el 26% hombres.
En España son unos 3000 afectados al año, siendo la población infantil la más expuesta a éste tóxico.
En número de afectados es mayor sobre todo en países donde las leyes son menos estrictas en cuanto a consumo de tabaco se refiere sobre todo en los hogares dónde algún progenitor sea consumidor, es por esto por lo que el continente africano y asia se llevan los primeros puestos en cuanto a mortalidad infantil derivada de ésta exposición.
La demanda de los consumidores de tabaco para fumar libremente no debería ni de suponer una problemática en la sociedad, pues las consecuencias de la exposición al humo de tabaco son muy claras y no deberían de ponerla en duda y además éste estudio nos muestra que la consecuencia de ésta adicción de unos pocos afecta a aquellos que no tienen la culpa.
